Permitir que los perros usen su olfato los ayuda a pensar de modo positivo

Astro realizando trabajos de olfato (2017)
Astro realizando trabajo de olfato en Parque Centenario (2017)

Por Marc Bekoff Ph.D. Traducido al español por Mauricio Taslik director de Hop! Adiestramiento, con permiso del autor. Link al artículo original en inglés

La nariz de un perro es una obra de arte y necesitan usarla

A la mayoría de los perros les gusta oler cuando están en movimiento. Se ha estimado que olfatean alrededor del 33% del tiempo cuando se mueven de un lado para otro y así es como recogen todo tipo de información sobre quién ha estado allí, si una hembra es reproductivamente activa (no sabemos acerca de los machos), qué tan grandes son, y tal vez lo que están sintiendo. Permitir que los perros se tomen su tiempo para conocer mutuamente sus marcas odorantes (antes de verse cara a cara) podría ayudarlos a tener encuentros más tranquilos, dándoles más pistas sociales que influyan en sus comportamientos.

La conclusión es simple: dejemos que los perros se apropien del paseo, y si tironean de aquí para allá con su nariz clavada en el suelo y en ocasiones resoplando, dejemos que lo hagan. A menudo he pensado que no permitir que los perros olfateen y ejerciten sus narices y otros sentidos podría ser una forma de privación sensorial. Por lo tanto, me emocioné cuando una mujer en un parque para perros una vez me dijo, bastante seriamente, que pensaba que no permitir que los perros usen sus narices como ellos querían podría causarles serios problemas psicológicos. He pensado mucho en ésto desde entonces. En realidad no sabemos si los perros sufren psicológicamente cuando están privados y no pueden satisfacer su necesidad de olfatear y orinar si así lo desean. Con seguridad, cuando apuramos a los perros, ellos no pueden saborear ni evaluar ni procesar adecuadamente varios olores, y quién sabe qué les produce ésto. Esta forma de privación sensorial podría ser devastadora, ya que pierden información detallada sobre sus mundos sociales y no sociales.

Enmarcado en este pensamiento está el hecho de que la mayoría de los perros son individuos “cautivos” a los que controlamos la mayor parte del tiempo, cuando no en su totalidad. La expresión “Una vida de perro” (NdT: en inglés “It’s a dog life”) se utiliza a veces para describir días llenos de vagancia y placer. Todo lo que un perro debe hacer, después de todo, es dormir, descansar, comer y pasar el rato con amigos, y ¿Qué podría ser más fácil, especialmente cuando alguien siempre te deja en el piso un plato con alimento para vos en cada comida? Sin embargo, las vidas de los perros hogareños no son siempre todo juegos y alegría, y vivir como compañeros de los humanos implica algunas renuncias importantes por parte de los perros. Ver a los perros como seres cautivos no constituye un juicio negativo porque estar “cautivos” no significa que sean abusados o infelices. Más bien, es el punto de partida fundamental para comprender nuestras relaciones y responsabilidades con nuestros amigos peludos, relaciones que muy a menudo nos favorecen.

Avanzando con estas posibilidades, es decir, que el trabajo de olfato puede hacer que los perros se sientan mejor, me emocioné al conocer la existencia de un ensayo disponible en línea de modo gratuito publicado en el sitio web Companion Animal Psychology titulado “Encontrar alimentos ocultos con el olfato aumenta el optimismo de los perros: las oportunidades para usar la nariz y hacer elecciones con ella son buenos para el bienestar de los perros”. En este artículo, la Dra. Zazie Todd, resume un trabajo de investigación de las Dras. Charlotte Duranton y Alexandra Horowitz llamados “¡Déjame oler! El trabajo de nariz induce un sesgo de juicio positivo en los perros domésticos” que está listo para ser publicado en la revista Applied Animal Behavioral Science. Actualmente, sólo el resumen de este artículo está disponible en línea. La Dra. Todd dice: “El estudio utilizó una prueba de optimismo, también conocida como sesgo cognitivo, en la que a los perros primero se les enseñó que en un tazón ubicado en un lugar determinado siempre había comida, mientras que si estaba en en otro lugar nunca había. Luego, la prueba consistió en poner un recipiente vacío colocado en una ubicación ambigua, equidistante de los otros dos lugares. La idea es que el lapso que le lleva al perro llegar al tazón refleja su optimismo acerca de que contenga un pedazo de pollo”.

En su investigación, las Dras. Duranton y Horowitz estudiaron 20 perros de diferentes razas que tenían al menos un año de edad. Diez perros hicieron trabajo de olfato durante el cual se les permitió olfatear y buscar, mientras que 10 perros hicieron trabajo de obediencia durante el cual no se les permitió buscar con sus narices.

Los aspectos más destacados de este trabajo son: “El trabajo de olfato redujo las latencias de los perros para alcanzar un tazón ambiguo en una prueba de sesgo cognitivo; El trabajo de olfato aumenta el sesgo de juicio positivo de los perros o el “optimismo”; la práctica del olfato permite a los perros expresar un comportamiento natural y ser más autónomos. Comportarse naturalmente y tomar decisiones activas son dos factores clave en el bienestar de los animales, y las actividades basadas en el olfato contribuyen al bienestar de los perros”.

La configuración del experimento se describe en la nota al final del artículo.

Los perros hablan con sustancias químicas y obtienen mucha información al olfatear las bocas, las orejas, los cuerpos, las ingles y las colas de otros perros. Aunque a algunas personas no les gusta que sus perros participen en estos actos, los mismos son 100% apropiados para ellos y se les debe permitir que los hagan.

Las Dras. Duranton y Horowitz escriben: “En este estudio,comprobamos el efecto de una actividad basada en el olfato en los estados emocionales de los perros. A los perros se les realizó primero una prueba de sesgo cognitivo, luego practicaron a diario una actividad específica durante dos semanas y finalmente se les realizó una prueba de sesgo cognitivo nuevamente. La actividad realizada difería entre los grupos: los perros del grupo experimental practicaron el trabajo de olfato y los perros del grupo de control practicaron trabajo de obediencia. Los resultados muestran que la latencia para acercarse al estímulo ambiguo disminuyó significativamente después del tratamiento en el grupo experimental, mientras que la latencia no cambió para los perros en el grupo de control. Llegamos a la conclusión de que permitir que los perros pasen más tiempo utilizando su olfato a través de una actividad de trabajo de olfato en forma regular los hace más optimistas. Al permitir a los perros más tiempo de “búsqueda de alimento”, se mejora su bienestar. Se discuten aplicaciones para perros en la vida cotidiana “.

En su resumen, la Dra. Todd escribe: “Esta investigación muestra que es importante dar a nuestros perros mascotas opciones, oportunidades para tomar sus propias decisiones y oportunidades para usar su olfato. Hacerlo es bueno para su bienestar, y es probable que la adiestramiento en el trabajo de olfato haya dado mejores resultados que el trabajo de obediencia.” No podría estar más de acuerdo. Después de considerar explicaciones alternativas, entre otras, que hubo diferencias individuales entre los perros que influyeron en su comportamiento, que el trabajo de olfato condiciona a los perros a trotar o correr más rápido, y que “los perros no usaron olfato para evaluar el tazón, y que la latencia más corta para alcanzarlo se debió, efectivamente, a un sesgo de juicio más positivo”, las Dras. Duranton y Horowitz concluyen: “el presente estudio muestra por primera vez que practicar el trabajo de olfato aumenta el sesgo de juicio positivo (niveles de ‘optimismo’) en perros mascotas, lo que sugiere que una actividad basada en el olfato puede ser una herramienta útil para mejorar el bienestar de los perros con dueño.” Estoy de acuerdo con su evaluación.

Realmente espero más investigación sobre la importancia de permitir que los perros ejerciten sus narices y otros sentidos. De hecho, una de las cinco libertades para los no humanos es permitirles “la libertad de expresar un comportamiento normal al proporcionar suficiente espacio, instalaciones adecuadas y compañía del mismo tipo de animal”. Cualquiera que haya visto perros siendo tironeados con la correa o interrumpidos cuando sus narices están clavadas en el suelo o en diferentes partes de los cuerpos de perros o humanos sabe por qué realmente quieren oler. Las Dras. Duranton y Horowitz muestran que esto es cierto, y sigo pensando que no permitir que los perros ejerciten sus sentidos puede ser una forma de privación sensorial. Y, ahora, sabemos que puede influir en su estado de ánimo. Los perros hablan con sustancias químicas y obtienen mucha información al olfatear las bocas, las orejas, los cuerpos, las ingles y las colas de otros perros. Aunque a algunas personas no les gusta que sus perros participen en estos actos, los mismos son 100% apropiados para ellos y se les debe permitir que los hagan.Estén atentos para más investigaciones sobre cómo los perros perciben su mundo y la importancia de permitirles ser perros y oler hasta que sus narices estén satisfechas.

Nota:

Sesgo cognitivo
Configuración del paradigma de sesgo cognitivo: El perro se sienta entre las piernas del dueño, mientras que el experimentador coloca el tazón en una de las tres ubicaciones, a 3 m de distancia del perro. Los dos tazones a los lados representan ubicaciones positivas y negativas (lado contrapuesto en los perros) y en el centro está la ubicación ambigua (solo para el ensayo de prueba). Diagrama gentileza Dra. Horowitz.

Acerca del autor

Marc Bekoff Ph.D. es el autor de este artículo publicado el 7 de febrero de 2019 en el sitio Psychology Today y también el autor de los siguientes libros (en inglés) : Canine Confidential: Why Dogs Do What They DoUnleashing Your Dog: A Field Guide To Giving Your Canine Companion the Best Life Possible

Referencias Duranton, C., & Horowitz, A. (2018). Let me sniff! Nosework induces positive judgment bias in pet dogs. Applied Animal Behaviour Science.

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